El uso responsable de dispositivos digitales implica comprender los riesgos y beneficios de la tecnología, así como adoptar prácticas que promuevan la seguridad, el bienestar y la ética en el entorno digital. Esto incluye gestionar el tiempo en pantalla, proteger la información personal, interactuar de manera respetuosa y evitar contenidos inapropiados o dañinos.