marzo 29, 2020

29-03-2020

Familias estamos transitando un tiempo difícil en el cual cuidarnos es quedarnos en casa. Por este motivo queremos avisarles que lunes 30/03 y martes 31/03 no se entregarán viandas en las escuelas por ser asueto y feriado. Próximamente las mismas serán reemplazadas por un bolso de alimentos quincenal. En breve les informaremos día y modalidad de entrega.
Asimismo les reiteramos que cualquier inquietud que estén teniendo con las tareas u otra que requiera de nuestro acompañamiento pueden contactarse por mail con los docentes o con el equipo de conducción (e16de3@gmail.com)

marzo 27, 2020

27-03-2020 - Buen día familias - Necesitamos comunicarnos

Familias en este tiempo de prevención, seguir enseñando y aprendiendo con las plataformas digitales es nuestro desafió. Para esto necesitamos lograr establecer la mejor comunicación con ustedes en forma virtual y que nuestros niños y niñas participen en la plataforma Edmodo.
Aquí les damos un tutorial para poder acceder:  
https://www.youtube.com/watch?v=JXCmjSQ6Fmw
Si aún no lograron comunicarse con los docentes pueden enviarnos un mail al equipo de conducción a  e16de3@gmail.com y los contactaremos con los docentes



marzo 26, 2020

26-03-2020- ENTREGA DE VIANDAS

FAMILIAS A PARTIR DE HOY EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN 
DECIDIÓ REALIZAR LA ENTREGA DE VIANDAS 
EN LA ESCUELA II3 DE LA CALLE PIEDRAS 1430 (PIEDRAS Y GARAY) 
EN EL HORARIO DE 11.00 A 13.00 hs.

marzo 25, 2020

prácticas del lenguaje 6to


PRÁCTICAS DEL LENGUAJE
6mo
DOCENTE: Cristina Guzman.
El colectivo fantasma por Ricardo Mariño
Ilustraciones de Rodrigo Folgueira
Dibujo de Rodrigo FolgueiraEl más fastidioso de los muertos se llamaba Tomás Bondi. Frecuentemente el encargado del cementerio encontraba tierra removida junto a la tumba de Tomás y advertía que la lápida de mármol, donde decía "Tomás Bondi (1939-2004) Premio Volante de Oro al mejor colectivero", estaba corrida un metro o dos.
El finado Tomás Bondi extrañaba a su colectivo. A diferencia de los demás muertos a quienes a lo sumo se les daba por aullar o salir a dar una vuelta convertidos en fantasmas, él necesitaba manejar un poco su colectivo.
Salía de la tumba, pasaba ante el encargado del cementerio, que no lo veía porque los fantasmas son invisibles, y caminaba treinta cuadras hasta la empresa de transporte donde en vida había trabajado. Se metía en el galpón donde quedaban estacionados los vehículos y cuando veía a su colectivo, el 121, casi lloraba de emoción.
Al rato se ponía a pasarle una franela. Limpiaba los espejitos, lustraba los faros, les sacaba brillo a los vidrios. El problema era el sereno. En cuanto veía que un trapo limpiaba al colectivo, solo, sin ser sostendido por nadie, salía corriendo y abandonaba el puesto de trabajo.
Después, Tomás Bondi ponía al 121 en marcha y salía a dar una vuelta. Se detenía en todas las paradas y la gente subía. Cuando notaban que era un colectivo que nadie manejaba, trataban de escapar despavoridos, pero Tomás ya había arrancado y cerraba las puertas. Recién se podían bajar en la parada siguiente.
Por un tiempo la gente habló con terror de aquel colectivo sin conductor pero luego empezó a notar que no era peligroso. Además se detenía junto al cordón de la vereda como corresponde, esperaba a que subieran las viejitas y nunca pasaba un semáforo en rojo.
—Como si lo manejara el finado Tomás Bondi —comentó una vez un jubilado.
La gente comenzó a dejar pasar a los colectivos conducidos por choferes y se quedaba esperando el 121 porque en él, encima, no había que pagar boleto.
Un día los dueños de la empresa de transporte decidieron abandonar el colectivo fantasma en un desarmadero donde se apilaban restos de camiones, autos y otras chatarras.
La siguiente vez que Tomás Bondi salió de su tumba y fue a buscar a su colectivo, no lo encontró. Fue terrible para él y volvió llorando al cementerio. Se metió en el ataúd, cerró la tapa, corrió la lápida con la mente, acomodó la tierra y comenzó a emitir tristísimos aullidos que le ponían los pelos de punta al encargado del cementerio.
Así pasó una semana.
Para entonces los empleados del desarmadero terminaron de separar cada parte del 121 y finalmente un domingo el colectivo murió. Esa misma noche se convirtió en fantasma de colectivo, idéntico a como era en vida, pero invisible. Encendió su motor, acomodó los espejitos y arrancó.
A las doce de la noche Tomás estaba aullando como hacía últimamente, cuando de pronto escuchó algo que le pareció un sueño: la bocina del 121. ¿Cómo podía ser? Pero era. Tomás salió de la tumba a toda carrera y en la entrada al cementerio encontró al 121 fantasma.
Desde entonces Tomás sale todas las noches a dar una vuelta en el 121 y lleva a pasear a todos los muertos del cementerio. Como no alcanzan los asientos, muchos tienen que ir parados, otros van colgados del estribo y dos, que en vida trabajaron en un circo, van en el techo haciendo acrobacias.
Ninguna persona viva puede ver ni oír al 121 aunque Tomás pone la radio a todo volumen, toca bocinazos en las esquinas y los muertos cantan canciones de hinchadas de fútbol. Las noches en la ciudad volvieron a ser silenciosas. El encargado del cementerio también pasa las noches tranquilo porque los muertos, cuando regresan del paseo, acomodan sus tumbas prolijamente y se van a dormir.

ACTIVIDADES
1-    Lectura del cuento
2-    Completar el cuadro con los ítems mencionados.
3-    ¿Qué relación existe entre el personaje del cuento y el título?
4-    ¿Creen que hay aparición de fantasmas en esta historia? ¿Qué te hace pensar eso?
5-    Busquen en el texto aquellos fragmentos que generen una atmosfera de intriga o miedo y cópialos en la carpeta.

marzo 20, 2020

viernes 20/03/2020 - Cuarentena obligatoria


Familias:
dada la emergencia sanitaria y el decreto de cuarentena obligatoria ya no estaremos recibiendo consultas respecto a actividades en la escuela.
  • La comunicación  será por mail o  por la plataforma Edmodo.

En la escuela continuará la entrega de desayunos y viandas con el siguiente cronograma:

NIVEL PRIMARIO: 
1ero y 2do grado: 10:45 a 11:30 hs 
3ero, 4to y 5to grado: 11:30 a 12:15 hs 
6to y 7mo grado: 12:15 a 13:00 hs

Es imprescindible respetar el sistema de turnos para evitar el aglomeramiento en las escuelas y garantizar la distancia de seguridad recomendada. 

marzo 19, 2020

Actividades educación física 1er Grado



1) Entrar al siguiente link y jugar los juegos de las partes básicas del cuerpo humano, copiar y pegar el link en google  y automáticamente abrirá el juego

2) en caso de no poder abrirlo realizar la siguiente actividad:




2) Para reflexionar en familia:
1     a)   ¿ A que jugaban los adultos cuando eran niños?
2     b) ¿Como se jugaban esos juegos?
3     c)  ¿ Que actividades le gustaba hacer?
4     d) ¿Practicaron algún deporte cuando eran niños?
5     e)¿ Como te imaginas a ese adulto jugando? Dibújalo y píntalo


·        3) Dibujate a vos mismo jugando tu juego o deporte favorito y pintalo.
4
4    4)
4

   

Actividades educación física


1) Leer el siguiente cuento

Un bicho raro (Clara Redondo)

Guillermo (Willy para los amigos) era un niño de nueve años que un buen día tuvo que irse a vivir a un país muy muy lejano. Tanto, que sus padres y él perdieron la cuenta de los kilómetros que tuvieron que hacer en avión para llegar hasta allí. Cuando Willy pisó el aeropuerto de Esrilandia (así se llamaba este país tan lejano), tuvo el presentimiento de que algo grande le iba a pasar allí. Y cuando se tiene un presentimiento, lo mejor es cerrar los ojos y dejarse llevar por él.
Willy era un niño afortunado. Tenía unos padres que le querían mucho (esto suele ocurrir), comida suficiente todos los días y… por si fuera poco, era bueno jugando al fútbol. Hábil con el balón, rápido como una culebrilla y donde ponía el ojo, ponía el balón. Esto quiere decir, en el idioma del fútbol, que metía muchos goles. Cuando se instalaron en la casa nueva, lo primero que hizo Willy fue sacar sus cuatro pares de zapatillas de deporte, abrir el armario y colocarlas por colores en una fila. El fútbol era para él lo más importante. En su colegio disfrutaba jugando con sus amigos y de mayor quería ser futbolista. 
Sus padres le contaron que Esrilandia era un país muy diferente al suyo. Idioma y comida diferente… Y le dijeron también que tendría nuevos amigos. Al llegar al colegio, descubrió que las clases se impartían en salitas abiertas donde corría el aire; y es que siempre hacía buen tiempo y no necesitaban puertas que protegieran del frío. Eso le encantó. Y también le gustó ver un campo de fútbol de hierba ahí al ladito de la clase; una hierba verde que daban ganas de salir corriendo con el balón entre los pies y jugar cuatro partidos seguidos. El idioma esrilandés era un problema, sí, pero sus padres le habían dicho que al principio tendría que comunicarse por señas y usar el poquito inglés que había aprendido. Así que, cuando ya llevaba allí una semana, se presentó delante de su profesora de gimnasia. Fue fácil decirle por señas que quería apuntarse a fútbol; solo tuvo que señalarse el pie y dar una patada a un balón imaginario. La profesora se sorprendió, pero con el gesto del dedo pulgar hacia arriba, le dijo en inglés (menos mal que Willy se sabía las horas y los días de la semana) que esa misma tarde había entrenamiento a las cinco en el campo de fútbol. Allí todos los niños se iban a comer a sus casas a las dos de la tarde y ya no volvían a clase hasta el día siguiente. Todos menos los que entrenaban al fútbol, claro. Willy salió entusiasmado del colegio, pegando botes y contando a sus padres la nueva noticia. Al llegar a casa, lo primero que hizo fue abrir el armario y escoger las zapatillas rojas: las de la buena suerte. Durante la comida, sus padres tenían la costumbre de ver la tele, así que la encendieron por primera vez desde que llegaron allí. Aunque no entendía nada de lo que decían, a Willy le gustaba escuchar a personas chapurrear en un idioma en el que se pronunciaban un montón de enes. Cuando llegó la sección de deportes, Willy se quedó muy atento mirando, pero allí no apareció ningún futbolista famoso. Las famosas parecían ser las futbolistas mujeres, a las que los niños pedían autógrafos a la salida del entrenamiento. Sobre todo a una (Nintia o Clintia o algo así se llamaba), a la que le habían dado un premio deportivo muy importante, y a quien los periodistas perseguían para hacerle fotos con su trofeo en la mano. «Qué raro es este país», se dijo, pero no le dio más vueltas al asunto. Tenía otro más importante en qué pensar: su primer entrenamiento. Cuando llegó con su padre al campo de fútbol, creyó que se había confundido de hora. Allí solo había niñas. Ningún niño. ¿No se habría enterado bien de la hora? Pensó que esas chicas estarían preparándose para hacer gimnasia o atletismo o baile. Pero… ¿en el campo de hierba? Era todo muy raro. Entonces, las chicas empezaron a dar toques al balón, y Willy se quedó embobado mirándolas, escondido detrás de su padre. Era increíble cómo manejaban el balón: se habían puesto en la portería, y no paraban de hacer un montón de toques seguidos sin que el balón cayera al suelo. Se fijó en una de ellas: ocho toques con la cabeza, ocho con el pie, ocho con la cabeza, ocho con el pie. Y cuando la soltó al aire… bum, una chilena que entró por la escuadra sin rechistar. No podía creer lo que estaba viendo: chicas jugando fenomenal al fútbol. En su país, las chicas no jugaban al fútbol, solo los chicos… O eso era lo que él creía. A empujoncitos, su padre le acercó al campo, y él se dejaba empujar como si fuera una marioneta, una marioneta con  zapatillas rojas que habían crecido hasta convertirse en dos enormes barcazas que se veían a la legua. Y cuando puso un pie en el campo, se hizo el silencio y todas las chicas se le quedaron mirando y se pusieron a cuchichear entre ellas. Aquello no era como se lo había imaginado. Nada más empezar el entrenamiento, se dio cuenta de que ni mucho menos era el mejor jugador del grupo. Esas chicas eran muy pero que muy buenas, y hacían regates que él ni de lejos era capaz de hacer. Además, como se conocían entre ellas, se pasaban el balón con mucha habilidad y se hacían bromas las unas a las otras. Cada vez que Willy tocaba el balón (por casualidad), siempre venía alguna chica y se lo quitaba de los pies. Le parecía que ellas se reían de él. Su padre desde fuera del campo le hacía un montón de señas para que se pusiera a jugar, señales de ánimo que a Willy se le escurrían por los bolsillos del pantalón. ¿Pero es que no se daban cuenta de que él existía? Cuando llegó a casa, se metió directamente en su habitación y se tumbó en la cama, mirando sin mirar el techo. No entendía por qué le estaba pasando eso a él, que era uno de los mejores jugadores de su antiguo colegio. Esrilandia se había vuelto loca y a él le daba tanta rabia todo eso, que decidió dejar el equipo. Se acordó entonces de sus amigos y de la foto que le dieron el último día de colegio: una foto grande con todos los de su clase y con sus firmas por detrás. Se levantó a cogerla, se volvió a tumbar y empezó a pasar el dedo por cada uno. Adrián, el que hace pelotillas de moco y las usa de proyectil. Pablo, el que se lo sabe todo sobre minerales. Juan, su mejor amigo. Paula, la que toca el violonchelo. Y así hasta que llegó a Marina. Allí se quedó parado. En ese momento, entró su padre en la habitación.
—Qué pasa, Willy —le preguntó, y se sentó al borde de la cama. 
—Nada. Estoy mirando esta foto. 
—¿Echas de menos a tus amigos? 
—Sí, claro, pero es que… me acabo de acordar de Marina —dijo Willy metido en sus pensamientos y sin mucha gana de darle conversación a su padre.
 —¿Marina? ¿No es la chica de tu clase que el año pasado se apuntó a fútbol?
—Sí, sí. Bueno, papá, que me tengo que poner a estudiar. 
—Bien, bien, pero estoy en el salón por si quieres algo, ¿vale? 
Quería estar solo. Acordarse de Marina hizo que todas las piezas del puzzle empezaran a encajar. Nunca se había vuelto a acordar de cuando ella se metió en el equipo de fútbol del colegio. Duró poco, o él casi no se dio cuenta, porque nadie le hizo mucho caso en los seis o siete entrenamientos que aguantó apuntada al equipo. También ellos la miraron sorprendidos y se hicieron unas risitas cuando la vieron llegar al campo. Se decían cosas al oído y se reían cada vez que Marina perdía un balón. Lo mismo que le había pasado a él hoy. En su país, pocas chicas  jugaban al fútbol y aquí era lo contrario. Menudo lío. 
  Volvió a acordarse de aquellos entrenamientos y de cómo un buen día Marina desapareció. Nadie preguntó por ella ni la echaron de menos. Willy se revolvió en la cama, inquieto y enfadado con él mismo porque ya no podía hacer nada. Cuando se sentaron a cenar, les dijo a sus padres que no iba a volver a jugar al fútbol. Menos mal que su padre le quitó la idea de la cabeza: 
—No puedes tirar la toalla tan pronto, Willy. No se trata de ser el mejor, se trata de pasártelo bien. ¿No te parece? Les tienes que dar una oportunidad a las chicas para que te conozcan y ya verás como todo sale bien. Hace un rato te acordabas de Marina. No puedes dejar que te pase como a ella, que se quedó con las ganas de jugar. 
El recuerdo de Marina  hizo que Willy siguiera yendo a los entrenamientos. Y pasó lo que suele ocurrir cuando te pones a entrenar: pues que cada vez lo haces mejor. 
Lin —la chica de los ocho toques sin parar— y él se cayeron bien desde el primer momento, así que todo le resultó mucho más fácil de lo que se había imaginado. Tener una amiga en el equipo fue un buen comienzo. Estaba rodeado de chicas, sí, pero a los dos o tres meses ya nadie se extrañaba de ver al “chico” jugar como una más. Incluso en el segundo partido que jugaron, Willy metió un gol de esos que no se olvidan: el gol de la victoria en el último momento. Un día, después de llegar a casa, se quito las zapatillas y tumbó en la cama a descansar, se volvió a acordar de Marina. En realidad, no se había olvidado de ella desde el día que estuvo mirando la foto. De repente, sintió que tenía algo que hacer. Se levantó rápido, cogió lápiz y papel y, sentado de nuevo en la cama, se puso a escribir: 

Hola, Marina: Soy Willy. Estoy en Esrilandia. A lo mejor ya no te acuerdas de mí. Pues que siento lo del fútbol. O sea que siento que te desapuntaras del equipo. A mí me pasó lo mismo que a ti cuando llegué aquí. Que al principio se reían de mí y creían que no podía jugar. Bueno, es que aquí los chicos no juegan al fútbol. Solo las chicas. No sé por qué, todavía no lo he averiguado. Pero soy el único chico que quiere jugar y por eso parecía un bicho raro. Pero ya no lo soy. Pues eso, que si me perdonas. ¿Por qué no te apuntas este año a jugar al fútbol? Yo voy a seguir. Me ayuda Lin, una chica que... si la vieras cómo da un montón de toques seguidos al balón. Es buenísima. Yo el otro día metí un gol y ganamos. Fue increíble. Y tú tienes que hacer lo mismo, apuntarte al equipo. Ojalá te sirva mi carta. Si quieres me contestas. Espero que no estés enfadada conmigo ya.  Y así fue como se cumplió el presentimiento que Willy había tenido en el aeropuerto: algo grande le había pasado en Esrilandia.

Analizar el texto y responder las siguientes preguntas

1) ¿Qué aprendizaje te deja este cuento?
2) ¿Que descubrió Willy en su nuevo país?
3) ¿Que valores podes mencionar relacionados a este cuento?¿Por qué?
4) ¿En tu opinión, el fútbol es un deporte solo para hombres? ¿Por qué?




2) mirar el video en el siguiente link  hasta el minuto 10 y responder las siguientes preguntas

  •      colocar en cada cuadro los alimentos que corresponden

banana- chocolate- tortas- manzana- golosinas- tartas- brócoli- pescado- dulce de leche- medialunas- berenjenas- lechuga- hamburguesas- tomate- pizza- pollo- papas fritas- milanesas fritas- carne- choclo- papas hervidas- calabaza- torta frita.
                        
X


                  
  •         ¿Por qué Pheoebe se sintió cansada de camino a la escuela?
  •      ¿ Por qué creen que es tan importante alimentarse con frutas y verduras




marzo 18, 2020

ACTIVIDADES DE TECNOLOGÍA 3º GRADO

¡¡¡HOLA CHIQUIS!!!


Soy la Seño de Tecno. Aquí les dejo las actividades a realizar en estos días dónde todos debemos cuidarnos.










ACTIVIDADES DE TECNOLOGÍA 2º GRADO

¡¡¡HOLA CHIQUIS!!!


Soy la Seño de Tecno. Aquí les dejo las actividades a realizar en estos días dónde todos debemos cuidarnos.







ACTIVIDADES DE TECNOLOGÍA 1º GRADO

¡¡¡HOLA CHIQUIS!!!




Soy la Seño de Tecno. Aquí les dejo las actividades a realizar en estos días dónde todos debemos cuidarnos. 







Información importante para las familias

Familias para organizar el trabajo virtual estamos pensando distintas formas de comunicación.
Hemos abierto unas cuentas de mail para cada grado y así poder mantener una vía de contacto cada docente con su grupo de padres. para esto es necesario que ustedes envíen un mail a la/s cuentas correspondientes a los grados de sus hijos para poder armar un grupo y enviarles los usuarios y contraseñas de Edmodo (Aula virtual).

Cuentas G-mail de grados 2020









sextoaescuela16de3@gmail.com